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Anna Gillespie, "Split" - plaster, resin, mixed media |
Y a veces, dormimos de día con la naturalidad de aquellos que no sufren, cerramos los ojos y simplemente nos esfumamos. Por un instante, la luz se siente y desilusionado, el rostro se guarda la sonrisa. No hay tumulto que se desvanezca en lo inerte de su satisfacción, los vientos casi indiferentes se hacen notar con la delicadeza y frescura de aquel algodón que por su fino acabado se advierte único y resplandeciente. Y es en esos mismos rostros que se diluyen, que siempre hay auspicio para la creación.
El escultor crea con imaginación su concepción del cuerpo, concepción que a veces es frugal y otras tantas es un encuentro con los sentimientos derrotados. Para Anna Gillespie, en su obra más reciente, la figura del humano es inconclusa, ella la muestra incompleta desgarrándose en los haberes de esa textura grisácea propia de la ceniza, de aquel blanquecino residuo dejado por la madera que en fogata ha sido extinguida. Para la artista, los músculos se han alejado de su merecimiento plástico y no gustan todos de ser escenificados. Los seres, más que humanos, son otra cosa, otra más trascendente: son almas, almas en la búsqueda por escapar.
Las esculturas de Anna Gillespie son almas que desde el Danubio se emulan dibujando su tormento. En su lucha, se acaban, se agotan, y en sus intentos por partir a otros mundos la materialidad como martirio les ha sido regalada. Pero a los observantes que también son testigos, no se les ahuyenta de aquellas que momificadas van huyendo dejando a cada paso, sin estupor, su belleza. En “Standing Man”, por ejemplo, hay un destape inicial de la aflicción humana, el hombre se acongoja en sus pesares, cabizbajo, el abatimiento le desmorona, lo que antes fue deidad, hoy es filamento de agrío estar. Es el inicio del desvanecimiento.
Pero no todas las almas soportarán estoicas mientras ocurren los hechos, habrá intentos por acelerar la transmutación, por dejar el plano de lo que es corpóreo y acelerar la partida, siendo así, la gran pelea será por acabar con lo idílico de la razón y su centro cerebral: “Boxed”. Pero no todas lograrán derrotar con cabalidad las ligas de lo terrenal, la necesidad de permanecer, por existir, es elocuente y de afanes poderosos, la mente lo presiente y sin piedad mutila: “Split”. Y al final, los derrotados son castigados, así, en acto contrario a la génesis de tejidos y huesos, las almas en fracaso son expuestas en famélica deshonra, su opción a abandonar el cuerpo es encaminada por los auspicios de una nueva presencia de calzas etéreas que les será por siempre negada, y en cárcel de carne desgarrada permanecerán sugeridos, de a poco en su naturaleza humana: “Poor Dear”.
Son los más recientes trabajos de la artista plástica
Anna Gillespie - británica 1964 -, los cuales serán exhibidos en la galería de arte
Beaux Arts de la ciudad de Bath, Reino Unido. Un conjunto de obras de arte que comprenderán no sólo esculturas de yeso y resina, sino que también mostrará una serie de dibujos en blanco y negro: utilizando carbón sobre papel ella explora emociones con la ayuda del cuerpo humano, a veces con siluetas de trazos claros y otras, desde el abstraccionismo, únicamente se sugieren. La exhibición estará disponible hasta el 5 de mayo 2018.
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Anna Gillespie, "Poor Dear" - plaster, resin, mixed media |
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Anna Gillespie, "Standing Man" - plaster, resin, mixed media |
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Anna Gillespie, "Running on Empty" - plaster, resin, mixed media |
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Anna Gillespie, "Torso" - plaster, resin, mixed media |
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Anna Gillespie, "Boxed" - plaster, resin, mixed media |
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Anna Gillespie, "Reclining" - plaster, resin, mixed media |