Erik Bulatov, "Krassikow-Strasse", 1976. |
Es la revolución en el arte la que precede la revolución social del entorno soviético, pero es ésta la que también se somete ante el nuevo mundo que acaba de arribar. El advenimiento de la abstracción geométrica y el abandono de la figuración para atender en privilegio al color, rompen el entorno y apremian al gremio a experimentar con la simplicidad de su nueva conceptualización estética. No obstante, el desarrollo de estilos personales fue pronto frenado en favor de la visión de lo que el arte debía ser, deber ser definido por el "Partido" en el poder.
Con motivo de los 100 años de la Revolución Rusa el Kunstmuseum Bern y el Zentrum Paul Klee exploran el legado artístico ligado a este movimiento social. La exposición conjunta, a decir de los involucrados ha sido titulada “The Revolution is dead. Long live the Revolution!” como derivación de la proclamación francesa “The King is dead. Long live the King”, lo cual intenta expresar así, la inquietud fundamental en la que cualquier sacudida revolucionaria es siempre seguida por la siguiente. El Zentrum Paul Klee estará enfocado en retomar la esencia de las expresiones visuales constituidas por el Suprematismo y Constructivismo rusos; aquí concentrándose en trabajos de sus más reconocidos pintores: Malevich, Tatlin y Rodchenko. Mientras que el Kunstmuseum Bern explorará a lo largo de los años las expresiones acaecidas en el arte bajo los condicionamientos sociales derivados de la revolución rusa del 1917.
De esta forma, el Kunstmuseum Bern de Suiza ha dividido su exposición en troncos temáticos: 1. Del arte revolucionario al realismo socialista, 2. Realismo socialista en Alemania Oriental y Occidental, 3. Ironía y nostalgia en Sots Art – el Pop Art de la era soviética, 4. Después de 1991: la venganza sobre el Sistema y sus representaciones.
Así el museo suizo volcará hacia un romanticismo socialista: la utopía donde los trabajadores y el esfuerzo del pueblo eran montados en altar de héroes. Una época donde la revolución se sostenía de la propaganda, propaganda que también desde las artes había sido instalada como acto de lealtad hacia el “Partido”, hacia la revolución. Una época donde lo representado atendía a los valores y metas morales que la sociedad debía profesar.
También bajo este contexto mostrará otro estilo de hacer arte, estilo que bajo el tono de la ironía, se preña de los elementos Pop del momento – que en este caso son los elementos pictóricos de la propaganda comunista - para caricaturizar la realidad bajo la cual las sociedades derivadas de la Revolución viven. Un arte que es valioso por su noción contestataria en momentos donde había que ser valiente para aventurarse a crear obra plástica que se moviera bajo un esquema de autocrítica en una suerte de oculto activismo político.
Dentro de la exposición destaca el trabajo fotográfico de Boris Mikhailov titulado "Red" y que documenta el periodo 1968-1975 de la vida en la sociedad soviética, desde observaciones fugaces hasta escenas oficiales, se hallarán documentos visuales tomados en una época donde a pesar de haberse dejado atrás la prohibición del uso de la cámara, el riesgo de captar imágenes aún era considerable. Asimismo se expondrán sus trabajos realizados justo antes y después de la caída de la Unión Soviética, "Salt Lake" de 1986 y "At Dusk" de 1993. También estará expuesta su crónica visual del mundo que con el régimen se extinguió "Case Study" de 1997-98.
Finalmente habrá oportunidad de mirar el cambio en el imaginario visual producido por artistas originarios de países bajo la comanda del régimen y sus nuevas expresiones de crítica social, donde se postula la caída de la ideología revolucionaria, el heroísmo de la construcción de una nueva sociedad rusa es abandonado para ahondar en el advenimiento de las nuevas suertes del mundo ligado al capitalismo.
“The Revolution is dead. Long live the Revolution!” estará abierta a los espectadores hasta el 9 de julio de 2017.
Ilya Kabakov, "Collage of Space #6", 2010. |
Wolfgang Mattheuer, "Die Flucht des Sisyphos", 1972. |
Norbert Bisky, "Ich will nachhause Mutti", 2003. |
Alexander Samochwalow - "Textilfabrik", 1929. |
Vladimir Dubossarky / Alexander Vinograd, "What the Homeland Begins With", 2006. |