“Vivian Maier revealed: selections from the archives”, Madelyn Jordon Fine Art gallery, NY.

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Foto por Vivian Maier

Hay una sorpresa gentil en las fotos tomadas por Vivian Maier durante sus paseos por las calles de Chicago y Nueva York. Su inherente capacidad para captar personajes habituales en estas urbes y extraerles instantes singulares, es lo que hoy en día está dando fama a la fotógrafa. Sus fotos no son glamorosas en su manufactura, ni intentan ahondar sobre los estereotipos norteamericanos, sus fotos son encuadres de momentos robados a las ciudades en vida ordinaria de personajes transitando.

Así, Maier da un hallazgo brutal en la distracción curiosa de los infantes, peculiaridad muy bien conocida por los fotógrafos de calle, y que siempre aporta un contraste a la escena a ser tomada. No obstante, los fotógrafos al conocer este estímulo directo a los sentimientos, utilizan este tipo de escenas con un oficio de cliché de logros baratos. Un niño sonriente o desparpajado, un anciano elocuente o frágil son el catálogo de su oficio documental, escenas que en su mayoría suelen verse forzadas y que normalmente podemos ver incorporadas genéricamente en los marcos de retrato que uno puede comprar en alguna tienda departamental. Maier, por otro lado, logra tomar instantáneas con una naturalidad de la que muchos carecen.

Maier es una fotógrafa que busca las singularidades que yacen en las calles, y es en todas partes que las halla: un instante son los indigentes en otro las jóvenes damas que frente a los escaparates observan las ropas de maniquí que cualquier fin de semana vestirán elegantes en la misa de domingo. En sus fotos encontraremos una frugal y espontánea frescura en la peatonal juventud por ella captada. Y asimismo, nos llenará de hilarantes imágenes logradas a partir de la extrañeza y simpatía de aquellos paseantes de edad avanzada, que habiendo dejado atrás el delirio del bien quedar, se lanzan a los cruces de calle sin envidiar nada a otros andantes.

Su legado fotográfico es documento de los resquicios donde yacen todas las facetas de las grandes ciudades: una suerte de nota roja ante la evidencia de los hombres en vicio, los pasos de ensueño por los pasillos de las oportunidades de una comunidad en crecimiento, y la despreocupación infantil siempre necesaria para recordarnos que hay días futuros por cumplir. Quedarán por siempre los oficios documentales de su propia figura. Oficios por los que conocemos a la autora de esta galería única de imágenes.

Y son estos oficios en búsqueda y pérdida de sí misma, autorretratos en repetición que encausan aseveraciones con relación a su temperamento creativo. La insistencia en los reflejos de su persona ante vitrinas y espejos podría jugar con la personalidad al tono vintage de una all-star del Instagram, ¿abstracción, persecución del individuo, o envanecimiento? Podemos descartar el envanecimiento. Su iconografía de sombras en pérdida de la figura material la hacen creadora de interrogantes, echando a volar así mitos alrededor de su concepción fotográfica. Se persigue para después huir de la imagen. Hay un juicio al propio individuo que se reta, se evitan las sonrisas y se enfatiza en la ausencia de simpatías. “Vivian Maier revealed: selections from the archives” hasta el 25 de agosto de 2018 en la Madelyn Jordon Fine Art gallery, Nueva York.